Una noche mientras dormía,
Dios me preguntó al oído,
Cuántas vidas quería
Y cuántas había perdido.
Le dije que perdía una,
Cada vez que te veo llorar,
Cada vez que no brilla la luna
O yo no te puedo ayudar.
También pierdo una vida,
Le contesté suavemente,
Cuando mi nombre tú olvidas
Y ya no estoy en tu mente.
Cada vez que no me amas,
También siento que muero,
Pues no me voy por las ramas
Para decirte “te quiero”.
De acuerdo, me dijo él,
Olvida ya esas lágrimas,
Que aunque mojan el papel
Dejan secas las almas.
Le pedí varas vidas
Para poder continuar,
Y poder ser un Rey Midas
Del amor y la amistad.
La primera que pedí,
Fue para conocerte,
Para acercarme a tí,
Y ya nunca más perderte.
Mi segunda petición,
Fue para enamorarme,
Para darte el corazón
Y enteramente entregarme.
Ya por último quería,
Una vida para dos,
Donde sólo hubiera día
Y nos uniera el amor.
Sin embargo, Dios me dio,
Solamente una vida,
Después me sonrió
Y me curó las heridas.
Acabé este sueño de mito
Y entonces soñé tenerte,
Pues siento que resucito
Cada vez que vuelvo a verte.
ligallo, ¿dónde te metes????
ResponderEliminarel trabajo me ha tenido un poco absorbido últimamente.
ResponderEliminarAdemás ayer se me escacharró mi portátil (que además es mi ordenador de trabajo, porque no tengo ordenador en la oficina) y no puedo abrir ningún programa. Por eso no pude escribir relato esta semana :(
Ahora me han prestado un ordenador y voy a colgar la crónica de un libro que he terminado de leer.