Un día más, llega a casa. Ni siquiera se molesta en pulsar el interruptor de la luz de la escalera. Abre la puerta del piso, y antes siquiera de que le dé tiempo a cerrarla, unos brazos le rodean y un grito ahogado muere en su boca. En ese momento, unos labios recorren su cuello y unos brazos, esos que antes le rodeaban, comienzan a acariciarle los muslos. Ella, aún algo asustada pero sonriente, se gira y le devuelve el beso. Se encaminan hacia el dormitorio, sembrando el pasillo de zapatos y camisas. La ventana está abierta y de la calle proviene una sugerente serenata. Bendita oscuridad.
ya sabes que el que ganó no se lo merecía, así que ánimo para el siguiente.
ResponderEliminarGran blog y gran sorpresa, figurón!!!
tenía que haber sido tuyo el premio, ligallo.
ResponderEliminarMuchas gracias, aunque si hubieses escrito ese relato sobre el asesino en serie no habría tenido nada que hacer :)
ResponderEliminarya, pero no lo escribí. Agua pasada no mueve molino.
ResponderEliminarmi comentario quedó demasiado pedante y no era mi intención, así que lo modifico:
ResponderEliminar¨no creo que hubiera sido mejor que el tuyo, así que estoy contento por leer tu relato y avisarme para poder escribir otros"
XDDD
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